Hoy
te soñé en la siesta
y con el calor de la tarde
te
soñé entre el fuego
rodeado
de fuego
encadenado en un palo
como
un cerdo
chillando
como un cerdo
suplicando
como tú
y en mi mano
sostenía un fierro
y te lo fundí en la piel
y con
él te escribí "CERDO"
en
la amplitud de tu pecho
y luego te saqué las cadenas
y te tiré al piso
a un
lado del fuego
desnudo
asustado
tal
como me dejaste un día
después
de irte al trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario