6 ago 2013

regalón

Cierro tu puerta y pienso en el placer muerto, ya pasado, el soñado, el pisado, cuando me pisaste, cuando me pusiste de espalda, cuando me pusiste de lado, acostado, en tu pieza, en tu sillón y en otros espacios, en tu departamento de dos ambientes, y sentí tus dientes bajo mi ombligo. Cuando estuve contigo, cuando me vendí a cambio de tus papeles, cuando te envidié el cuerpo, la casa, la sonrisa y la cara porque tú me pagabas por placer y lo hubieses obtenido aunque yo no cobrara, pero me pasaste cuatro billetes azules y el cliente siempre tiene la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario