Mujer,
tú que nunca fuiste penetrada
amistad contigo siempre perpetuada
Te llaman virgen
pero no eres inmaculada
por favor, que no confundan el no estar culiada
con ser una santa alada.
Aún no sabemos si tu himen
se romperá al tacto de dedos húmedos,
de un erguido miembro
o si la suerte la tiene ese dildo de aparador
de látex frío
con forma de marshmallow
torcido,
como creíste tu mente era por tanto tiempo
pervertida,
como siempre te dijeron.
¡Pobre mujer!,
con nulas posibilidades
de alcanzar el orgasmo
y por ende, el cielo.
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