yo nunca quise matarte
fue de pura casualidad
porque el destino es el destino
inalterable y un poco chistoso
como un infarto durante el sexo
que casi me mata del susto a mí
pero viví por la gracia de dios
y por lo menos me quedan tus huesos
y me río cuando los miro
y me acuerdo de lo nuestro
y a veces hasta me toco
y los uso para consolarme
No hay comentarios:
Publicar un comentario