nada me hace recordarte más que el verano
cuando nos besábamos
y ponías tu cabeza en mi pecho
nada te evoca tanto
como el olor del arroz podrido,
el pasto mezclado con la mierda,
el olor a pipí de callejón
que estaba siempre en tu asquerosa ropa interior
tú estabas en todos los desastres
y en todos las cosas que apestaban en mi vida
en conclusión
hoy estoy en el sol
esperando que se eche a perder la comida
para ahogarme en ella
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