todas las veces que me siento sola, pienso que quiero que alguien rece por mí y con las manos juntas pronuncie las dulces palabras;
querido dios, te pido por ella, para que no esté triste, para que no se vaya, para que no se muera, bla bla etcétera.
quiero que recen por mí porque aunque no crea en el paraíso siempre que me puse de rodillas me concedieron el favor.
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