me acuerdo de tu casa ese día de lluvia, de nosotros abrazados
yo fingiendo que podía creer en el querer
tus piernas peludas y las sábanas pegajosas de felicidad
me voy en tu cara, me voy de tu vida
vuelvo arrepentida
y tú ya no estás ahí.
ni las fotos en la pared
ni tus cigarros favoritos, ni el té con miel
te fuiste en mi cara, te fuiste de mi vida
arrendaste tu casa
yo la vendí.