soy la mancha en el emblema, el hijo no reconocío, soy la flor que en el rocío se levanta a duras penas
magdalena que en el frío y el varío sale morena
21 may 2013
18 may 2013
Oh Lala (Vendetta 1)
Soñé que estabas atado a mi cama y me mirabas con pavor, yo
te abría el pantalón y lo arrastraba hasta tus rodillas. Cuidadosas, mis manos siempre frías, acariciaban
tu pene lánguido, muerto de miedo, a diferencia de tus ojos, vivos de miedo, verdes como nunca, verdes como
siempre, como tu cara y tu conciencia. No pude esperar más. Por la inercia de la excitación, mi mano izquierda se poso en tu abdomen y la otra se aferró
a tus genitales, y en un empuje, en un desgarro, la
sangre tintó las sabanas, tinto mis manos, y tú gritaste, y tu grito ¡Oh tu grito! ¡Que placer me dio! Enseguida,
sobreexcitado, te arranque los ojos, y otro grito, otro orgasmo, otra eyaculación de sangre.
¡Que sueño más húmedo!
¡Que sueño más húmedo!
9 may 2013
Cuatro: Cada que
Aún siento tu inquietante presencia en mi hogar.
Cada vez que estoy solo siento tus ojos penetrando en mi intimidad.
En cada latido que mi corazón se digna a otorgarle a ella está tu nombre escrito.
Cada vez que pronuncia mi nombre una boca que no es la tuya me siento sucio.
En cada borrachera la doceava copa tiene el sabor de tu semen.
Cada canción de jazz que suena a lo lejos me recuerda a tu voz excitante.
En cada polvo, en cada orgasmo con ella, estoy pensando en ti.
Cada vez que estoy solo siento tus ojos penetrando en mi intimidad.
En cada latido que mi corazón se digna a otorgarle a ella está tu nombre escrito.
Cada vez que pronuncia mi nombre una boca que no es la tuya me siento sucio.
En cada borrachera la doceava copa tiene el sabor de tu semen.
Cada canción de jazz que suena a lo lejos me recuerda a tu voz excitante.
En cada polvo, en cada orgasmo con ella, estoy pensando en ti.
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